PANADERO VIII
- Nacimiento 1975
Fuente de la foto: VADILLO, JUAN ALONSO E INTERNET
Panadero VIII perteneci� a Rosendo Meli�n que lo compr� de potro a Eduardo Miura.
Rosendo Meli�n fue alumno m�o en la Escuela de Jerez y luego se fue a montar con Nuno Oliveira en Portugal.
Despu�s de estar en casa de Nuno alg�n tiempo, Rosendo Mel�an compr� algunos caballos portugueses y espa�oles y se los llev� a la cuadra de Arthur Kottas en Viena a donde yo sol�a ir dos o tres semanas al menos una vez al a�o.
Cuando dej� la Escuela de Jerez, fui a Viena para ver c�mo pod�a presentarme al examen de acceso para entrar como alumna de la Escuela Espa�ola de Equitaci�n de Viena y mientras tanto montaba diariamente en el picadero de Arthur Kottas.
En aquel momento, Rosendo Meli�n ten�a 4 caballos en la cuadra de Kottas : Panadero VIII, que a principios de 1980 pas� varios meses en el hospital veterinario de Viena con una neumon�a de la que casi no sale, un caballo del hierro de Miguel Angel C�rdenas, y dos lusitanos, uno del hierro de Fernando Andrade llamado «Yawl» y otro del hierro de Vinhas que vendi� a una alumna de Kottas.
Al vender el lusitano del hierro de Vinhas, estando yo en Madrid, me llama para que le acompa�e a casa de Eduardo Miura a ver alg�n potro para comprar. En aquella visita, nos ense�aron solo tres caballos con edad para ser montados, de los que recomend� Panadero VII (s�ptimo), el hermano un a�o mayor de Panadero VIII (octavo), a pesar de los que puediera tener que llevar un proceso m�s largo de ense�anza ya que con 5 a�os cumplidos a�n no estaba ni montado, ni desbravado. Solo hab�a cubierto algunas yeguas.
Al final del verano de 1980, me traslad� a Austria para entrar a la Escuela de Viena. Puesto que mi estancia se iba a prolongar por lo menos un a�o llev� mis caballos y los tuve en la cuadra de los hermanos Welde. De estos dos hermanos Welde, Ewald se dedicaba al enganche, y Milos que era jinete, fue el �ltimo alumno del Coronel Podjhasky. El Coronel Podjhasky hab�a mantenido una larga amistad con los Welde y su viuda ven�a all� con mucha frecuencia a pasar el d�a. Adem�s, el entonces Director de la Escuela de Viena, Kurt Albrecht ven�a dos d�as por semana a instruirnos.
En ese momento, Rosendo Meli�n dej� la cuadra de Kottas, y se trajo sus caballos a la cuadra de los Hermanos Welde: el C�rden�s, el Andrade, y los dos Panaderos.
Durante el invierno, 1980-81 yo trabaj� esos cuatro caballos de Rosendo Meli�n, particularmente los dos Panaderos.
Panadero VII lo desbravamos entre el Mayor Werner Helmberger (entonces subdirector de la Escuela de Viena) y yo. El caballo era noble, aunque con reacciones muy r�pidas, mucha fuerza y muy movido. Y al igual que su hermano ten�a un galope buen�simo. Cuando el caballo volvi� a Espa�a, se lo dieron a un jinete (por llamarle algo, ya que no es lo mismo montar que ir subido) que le ten�a miedo al caballo, y se empe�� en ponerle riendas alemanas, -tan cortas- que el caballo aprendi� a defenderse de ellas, y a�n con la cara metida entre las manos, el caballo se llevaba al jinete de ca�a cada vez que quer�a. Y esa es la manera de cargarse un buen caballo. El caballo luego pas� a otras manos y le perd� la pista. Este Panadero VII es el que compr� el Se�or�o de Baria�n, aunque tambi�n Panadero VIII cubri� algunas yeguas de esta ganader�a, siendo el m�s conocido Gaucho III.
Volviendo a Panadero VIII, yo le ense�� los ejercicios de nivel medio y San Jorge, recuerdo especialmente los cambios de pie para los que ten�a una destacada facilidad gracias a su galope cadenciado con un tranco c�clico redondeado y ascendente. Algo que entonces era inusual para un caballo Espa�ol ya que la mayor�a sol�an tener galopes planos y sin resorte alguno.
A finales de 1983, en una conversaci�n con Alvaro Domecq, me dice que los caballos que hay en la Escuela tienen dificultades para los cambios de pie, y que desde Odioso, (un caballo que yo dom� durante mi tiempo en la Escuela de Jerez) no han tenido ninguno que hiciera cambios de pie al tranco satisfactoriamente. Le respond�: «si no hay buen galope, no hay cambios de pie», y que yo sab�a de un caballo espa�ol que era el que mejor galopaba de los que conoc�a. As� le puse en contacto con Rosendo Mel�an, haci�ndo posible que de Panadero VIII y las yeguas de �lvaro Domecq nacieran hijos como Flamenco, Invasor y Embrujo. De estos tres hijos el que menos se parece a su padre es Invasor. Flamenco se parec�a mucho y sac� el mismo galope. Y Embrujo lo conoc� ya mayor y no lo he visto en activo, pero obviamente el que mejor puede hablar de ellos es �lvaro Domecq.
(COMENTARIOS MERCEDES GONZALEZ CORT)